Vinyols del Camp

Os quiero hablar del pasado puente de San Juan... San Juan es una fecha mágica para muchas personas... para mi lo es especialmente porqué es nuestro aniversario... el aniversario de la noche en que se hizo realidad nuestra historia de amor y en la que años después también la formalizamos ante nuestra familia y nuestros amigos frente al mar...

Este año, por nuestro aniversario nos hemos regalado una tienda de campaña familiar... es chulísima... más que una tienda yo digo que es un apartamento portátil! tiene dos habitaciones y un espacio en medio bastante ámplio, así que estamos cómodos y tenemos lugar para dejar todos los cachibaches que llevamos.

Pues bien... con esta fantástica tienda de campaña decidimos ir a pasar fuera el puente de San Juan... pero donde?? y como por arte  de mágia apareció este fantástico cámping de Vinyols del Camp en el pueblo de Vinyols i els Arcs, cerca de Reus y la playa de Cambrils en Tarragona. Se trata de un cámping ecológico. Es un lugar precioso, donde se puede acampar bajo la sombra de los avellanos o se puede optar por estar en sus bungalows.

Lo primero que me llamó la atención al llegar fue la gran cantidad de niños que había corriendo por allí... pensé que Zoe lo pasaría muy bien y podría encontrar compañeros de juego facilmente. Acto seguido mis ojos se fijaron en el entorno... un huerto y una granja, una gran cantidad de árboles frutales y un pony y una yegua pastando entre ellos...



Después de montar la tienda bajo las ramas de los avellanos nos fuimos a la verbena popular. Cenamos todos juntos comida casera y ecológica y después bailamos alrededor de una hoguera gigante en la que quemamos papelitos con nuestros deseos para el año. Hacía muchísimos años que no veía una hoguera así… me hizo recordar a mi niñez y eso lo envolvió todo de un halo especial.

Zoe jugó con bengalas por primera vez y alucinó con los petardos y el fuego

Durante el día hay muchas actividades para realizar en Vinyols. Zoe quiso ir a dar un paseo a lomos del pony, pero al final no se animó. Estubimos en la piscina casi todo el dia… es una piscina especial, con una parte honda donde se acercan las libélulas a saludar y una parte para los peques en forma de caracol. Las niñas lo pasaron en grande en el agua!

Por la tarde fuimos a recoger  los huevos que habían puesto las gallinas de la granja (y por la noche nos cenamos una tortilla que nos hicieron con ellos!), vimos a los patos y los conejos y merendamos ciruelas dulces y riquísimas que cogimos directamente de los árboles.

Así que ya veis... un lugar totalmente recomendable... tranquilo, familiar, ecológico y cerca del mar, donde no vais a encotrar tiempo para aburriros... solamente relax y contacto con la naturaleza.

Nosotros volveremos!